
Quienes ofician algún arte, por lo general son seres apartados de la sociedad y a veces inclusive, de sí mismos, pero no solamente el arte encandila de esta manera, científicos, filósofos, son alcanzados por esta gama de colores que estigmatiza a quienes ¿optan? ¿necesitan? de soledad suprema para llevar a la realidad lo que deambula por su cabeza, y lo deben hacer de un modo tal, que sus contemporáneos puedan entenderlo.
Cosa que no siempre sucede, nuestra era tiene varios escritores malditos muertos y otros que andan por las calles esquivando edificios, algunos ebrios, otros siempre lúcidos, pero igual Solos como Edgar Allan Poe, para quien el péndulo de la soledad vibraba oscilaba mucho, mucho más profundo.
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