martes, 13 de mayo de 2008

Odio, y Qué



Odio las mañanas cuando debo tirarme cama abajo
y la cama está exquisita como un orgasmo
Odio la perfecta lucidez
esa capacidad racional en la que programo el día
y vuelo sobre esas horas haciendo todo perfecto
Odio la hora exacta en que el cuerpo pide comida
y le doy sus raciones diarias para mantenerlo vivo
Odio la pulcra limpieza de todas las habitaciones
el orden de todas las cosas puestas en su lugar
Odio a los que dicen que no debo odiar
odio a los que odian y maldicen
maldigo mis buenas costumbres
la hipocrecia de no decirles a todos
que valen un coño y que yo valgo dos nadas explotando
para nada
maldigo mi odio, mi odio maldigo y vomito
esta lucidez que descansa en estas palabras
que amo y me rescatan de no pegarme un tiro
para decir basta

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